Martes, 10 de Noviembre de 1942

Querida Kitty:

¡Gran noticia! ¡Vamos a acoger a otro escondido!Sí, es cierto. Siempre habíamos dicho que en la casa en realidad aún había lugar y comida para una persona más, pero no quería­mos que Kugler y Kleiman cargaran con más responsabilidad. Pero como nos llegan noticias cada vez más atroces respecto de lo que está pasando con los judíos, papá consultó a los dos principa­les implicados y a ellos les pareció un plan excelente. «El peligro es tan grande para ocho como lo es para siete», dijeron muy acer­tadamente. Cuando nos habíamos puesto de acuerdo, pasamos re­vista mentalmente a todos nuestros amigos y conocidos en busca de una persona soltera o sola que encajara bien en nuestra familia de escondidos. No fue difícil dar con alguien así: después de que papá había descartado a todos los parientes de los Van Daan, la elección recayó en un dentista llamado Alfred Dussel. Vive con una mujer cristiana muy agradable y mucho más joven que él, con la que seguramente no está casado, pero ése es un detalle sin im­portancia. Tiene fama de ser una persona tranquila y educada, y a juzgar por la presentación, aunque superficial, tanto a Van Daan como a nosotros nos pareció simpático. También Miep lo conoce, de modo que ella podrá organizar el plan de su venida al escon­dite. Cuando venga Dussel, tendrá que dormir en mi habitación en la cama de Margot, que deberá conformarse con el catre ­bién le pediremos que traiga algo para engañar el estómago.

Tu Ana

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