Querida Kitty:
Este año Januká y San Nicolás coinciden; hay un solo día de diferencia. Januká no lo festejamos con tanto bombo, sólo unos pequeños regalitos y luego las velas. Como hay escasez de velas, no las tenemos encendidas más que diez minutos, pero si va acompañado del cántico, con eso basta. El señor Van Daan ha fabricado un candelabro de madera, así que eso también lo tenemos.La noche de San Nicolás, el sábado, fue mucho más divertida. Bep y Miep habían despertado nuestra curiosidad cuchicheando todo el tiempo con papá entre las comidas, de modo que ya intuíamos que algo estaban tramando. Y así fue: a las ocho de la noche todos bajamos por la escalera de madera, pasando por el pasillo superoscuro (yo estaba aterrada y hubiese querido estar nuevamente arriba, sana y salva), hasta llegar al pequeño cuarto del medio. Allí pudimos encender la luz, ya que este cuartito no tiene ventanas. Entonces papá abrió la puerta del armario grande.-¡Oh, qué bonito! -exclamamos todos.En el rincón había una enorme cesta adornada con papel especial de San Nicolás y con una careta de su criado Pedro el negro.Rápidamente nos llevamos la cesta arriba. Había un regalo para cada uno, acompañado de un poema alusivo. Ya sabrás cómo son los poemas de San Nicolás, de modo que no te los voy a copiar.A mí me regalaron un muñeco, a papá unos sujetalibros, etc. Lo principal es que todo era muy ingenioso y divertido, y como ninguno de los ocho escondidos habíamos festejado jamás San Nicolás, este estreno estuvo muy acertado.
Tu Ana
P. D. Para los de abajo por supuesto también había regalos, todos procedentes de otras épocas mejores, y además algún dinero, que a Miep y Bep siempre les viene bien.Hoy supimos que el cenicero que le regalaron al señor Van Daan, el portarretratos de Dussel y los sujetalibros de papá, los hizo todos el señor Voskuijl en persona. ¡Es asombroso lo que ese hombre sabe fabricar con las manos!
Este año Januká y San Nicolás coinciden; hay un solo día de diferencia. Januká no lo festejamos con tanto bombo, sólo unos pequeños regalitos y luego las velas. Como hay escasez de velas, no las tenemos encendidas más que diez minutos, pero si va acompañado del cántico, con eso basta. El señor Van Daan ha fabricado un candelabro de madera, así que eso también lo tenemos.La noche de San Nicolás, el sábado, fue mucho más divertida. Bep y Miep habían despertado nuestra curiosidad cuchicheando todo el tiempo con papá entre las comidas, de modo que ya intuíamos que algo estaban tramando. Y así fue: a las ocho de la noche todos bajamos por la escalera de madera, pasando por el pasillo superoscuro (yo estaba aterrada y hubiese querido estar nuevamente arriba, sana y salva), hasta llegar al pequeño cuarto del medio. Allí pudimos encender la luz, ya que este cuartito no tiene ventanas. Entonces papá abrió la puerta del armario grande.-¡Oh, qué bonito! -exclamamos todos.En el rincón había una enorme cesta adornada con papel especial de San Nicolás y con una careta de su criado Pedro el negro.Rápidamente nos llevamos la cesta arriba. Había un regalo para cada uno, acompañado de un poema alusivo. Ya sabrás cómo son los poemas de San Nicolás, de modo que no te los voy a copiar.A mí me regalaron un muñeco, a papá unos sujetalibros, etc. Lo principal es que todo era muy ingenioso y divertido, y como ninguno de los ocho escondidos habíamos festejado jamás San Nicolás, este estreno estuvo muy acertado.
Tu Ana
P. D. Para los de abajo por supuesto también había regalos, todos procedentes de otras épocas mejores, y además algún dinero, que a Miep y Bep siempre les viene bien.Hoy supimos que el cenicero que le regalaron al señor Van Daan, el portarretratos de Dussel y los sujetalibros de papá, los hizo todos el señor Voskuijl en persona. ¡Es asombroso lo que ese hombre sabe fabricar con las manos!